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OBRAS

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“Cuando comienzas una pintura es algo que esta fuera de ti. Al terminarla, parece que te hubieras instalado dentro de ella”

 

                                                                                    Fernando Botero

 

Del sonido grave y profundo de un violonchelo a la silueta de un cuervo sobre el farol de la esquina, pasando por el detalle de ese candado que, quizás, cierra pasados consumidos, o tal vez las sombras que un sol perezoso salpica en la fachada resquebrajada de una calle cualquiera. Podría parecer que una pintura es algo que está fuera de ti, podría… sin embargo quise empezar con esta cita de Botero porque cuando Antón me pidió que revisara su obra y escribiera sobre ella lo entendí, lo vi claro, lo vi a él.

 

Es evidente que el artista intenta esconderse tras su obra pero Antón va mostrando poco a poco su esencia, como si pretendiera prorratear la emoción a través de los detalles, esos que te pellizcan el alma cuando los observas con atención.  El óxido de unas cadenas o el aspecto tierno y sabroso de la fruta o tal vez ese efecto surrealista de los veleros surcando el cielo nos hacen saltar de la realidad más concreta a la mente abstracta del creador, y todo en un breve espacio de tiempo.

 

El trazo firme y el audaz manejo del color o la ausencia de éste en según qué cuadros, es suficiente para comunicar al espectador el equilibrio del mensaje. Al mismo tiempo, la original dinámica de las composiciones nos permite percibir la naturaleza quieta, que no inerte y esencialmente viva.

 

 

Sorprende también encontrarse con espacios perfectamente reconocibles de esta ciudad que compartimos al mismo tiempo que otros que identifican nuestra tierra: humedales, bosques salpicados de niebla, brumas otoñales y por supuesto… el mar, ese mar que queremos como propio los que pertenecemos al Interior.

 

 

Si como decía Horacio “una pintura es un poema sin palabras” yo, que adoro las palabras, no las he extrañado en ningún momento, pero sí he podido sentir la vibración del verso, la armonía de la estrofa, la suavidad de la rima y la emoción, intensa, fascinante y conmovedora de la Poesía.

 

                                                                                                Clara Martín

                                                                                                       (escritora y autora teatral ourensana)

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